Lo primero que te recomendamos es tener preparada la documentación del animal y su bolsa de viaje (comida suficiente para todo el trayecto, recipiente de agua y alimento, su manta o cojín, etc.).
Del mismo modo, sería conveniente visitar a tu veterinario dos semanas antes para asegurarte de que el animal está en plenas facultades para disfrutar de las vacaciones, sin complicaciones de ningún tipo.
Si es la primera vez que viajas con tu mascota y vas a recorrer un largo camino, es mejor darle previamente largos paseos en coche para que se familiarice con el vehículo.
Además, debes saber que puede sufrir mareos y salivación excesiva, por lo que será mejor que no le des alimento durante las horas previas (10 en adultos y 4 en cachorros) y que consultes con tu veterinario qué pastillas para el mareo podría tomar.
No olvides parar cada 2 ó 3 horas, pues necesitará bajar de vez en cuando a hacer sus necesidades, moverse un poco y tomar agua.
Y, muy importante, asegúrate de que no saca la cabeza por la ventanilla, por su seguridad y la del resto de los conductores.
Como ya sabrás, la legislación exige llevar al animal sujeto y para ello existen distintos dispositivos, que elegiremos según el tipo de mascota y su tamaño.
Entre los más habituales:
En el caso de que vayas a viajar en avión, barco, tren o autobús, además de seguir las recomendaciones médicas de tu veterinario y de conocer las normas específicas de cada compañía, es importante utilizar un transportín que se adecue a la norma IATA, para transportar a tu mascota de la forma más segura y humana posible.
Y como último consejo, disfruta de tus vacaciones, diviértete con tu mascota y, en caso de que viajes en tu coche, precaución al volante.