El principio activo es aquella sustancia que contiene una acción farmacológica sobre determinadas dolencias o enfermedades, suavizando así sus efectos o llevando a cabo su completa curación. Los principios pueden formar parte de las sustancias de reservas de las plantas, cumplir funciones específicas dentro del funcionamiento orgánico del vegetal o ser el producto final que se expulsa por órganos vegetales específicos como los frutos o las flores, dando lugar a lo que se conoce bajo el nombre de aceites esenciales. Hay una gran variedad de principios activos y, dependiendo de las propiedades de cada uno de ellos, irán dirigidos o destinados a uno u otro tratamiento.
¿Cuáles son las propiedades que presentan algunos de los principios activos?
Su efecto permite regenerar la epidermis. Este principio activo retrasa la aparición de las arrugas y la flacidez de los contornos al crear un mecanismo de auto-defensa contra el paso del tiempo. El silicio orgánico aumenta la firmeza y la elasticidad de la piel volviéndola más flexible. Por tanto, se trata de la sustancia más completa puesto que, además de eliminar las arrugas, las cicatrices o provocar un lifting facial, contiene un efecto anticelulítico y reductor. Este principio activo puede acompañar al tratamiento de radiofrecuencia.
Contiene un efecto hidratante al ser el encargado de mantener la piel en perfectas condiciones de hidratación y elasticidad. Este principio activo posee propiedades suavizantes y lubricantes, ayudando a la eliminación de arrugas, de pigmentos presentes en la dermis o incluso, a la curación de los queloides.
Representa el mejor activo antioxidante al reforzar las defensas de la piel y estimular su regeneración. Este principio activo pretende poner punto y final a las arrugas, neutralizando los radicales libres y promoviendo la formación de un nuevo colágeno. El resultado es la aportación de luminosidad. La vitamina C es la estrella de los tratamientos de prevención contra el envejecimiento de la piel y la eliminación de manchas.