200 años desde que se creó el fonendoscopio

200 años del fonendoscopio, el invento que cambió la auscultación

En 2016 se cumplió el bicentenario de un invento que revolucionó la medicina, a nivel general, y la auscultación, a nivel particular. El fonendoscopio vio la luz un día de otoño de 1916 casi fruto de la casualidad y gracias a una genialidad de Renne Laënnec. El médico francés, ante el rubor que le ocasionaba el hecho de tener que pegar su oído al pecho de una paciente femenina durante la exploración, recordó a unos niños que había visto jugar con un trozo de madera, dándole golpes en un extremo y escuchando el sonido por el otro. Enrolló una hoja de su cuaderno y al poner una parte en el tórax de la mujer y el otro en su oído, descubrió que los latidos se escuchaban de forma más clara. Este hecho fue descrito por el propio Laënnec en su obra Traité de l’Auscultation médiate et des Maladies des Poumons et du Coeur (1919)[1].

Renne Laënnec invenor del fonendoscopio

[1] “En 1916 fui consultado por una joven…Al vedarme la edad y el sexo de la enferma la clase de examen de que acabo de hablar (aplicación directa del oído al pecho) recordé un fenómeno de acústica… Recordé la facilidad para percibir el arañazo de un alfiler al final de una tabla de madera, apoyando la oreja en el otro extremo. Tomé un cuaderno de papel e hice un rollo fuertemente apretado, del que apliqué un extremo en la región precordial, colocando el oído el otro extremo, quedando sorprendido como satisfecho de oír los latidos del corazón de un modo mucho más neto y claro de lo que jamás lo habría hecho por la aplicación inmediata del oído”.

El mismo día del hallazgo, el médico parisino, encargó a un ebanista que realizara un tubo de madera hueco, de unos 30 centímetros, compuesto por dos piezas y dos extremos en forma de embudo, tal y como puede observarse en la imagen que aparece bajo estas líneas.

El primer fonendoscopio era básicamente un tubo que permitía tomar distancia con los pacientes.

A pesar de que Laënnec dio a conocer su descubrimiento a través de su obra, no obtuvo el reconocimiento profesional hasta dos años más tarde, cuando el New England Journal of Medicina, se hizo eco de él.

En 1828, Pierre Adolphe Piorry creó un plexímetro de madera y marfil, con acabado en forma de trompeta, con un cono más amplio, para adaptarlo al fonendoscopio.

La primera referencia de estetoscopios flexibles data de 1832. Estos aparatos de auscultar “consistían en un muelle de acero que iba cubierto por seda”, tal y como indicó el Director Técnico del Museo de Medicina Infanta Margarita, el doctor Javier Sanz Serrulla, durante las sesiones que tuvieron lugar el año pasado en la Real Academia Nacional de Medicina, con motivo de la exposición ‘El Fonendoscopio. De Laënnec a la auscultación electrónica. Dos siglos de historia’.

Para encontrar el siguiente avance hay que avanzar hasta el año 1851 cuando Arthur Leared perfeccionó el mecanismo y desarrolló el fonendoscopio binaural. Tan sólo un año después, George Cammann lo mejoró todavía más, para poder producirlo en serie. Pero la creación de Camman, que no lo patentó, recibió el nombre del fabricante, Tiemann, que decidió ponerlo a disposición de la comunidad médica.

Fonendoscopio binaural, comercializado como Tiemann. Inventado por George Camman

 

Acabando el siglo XIX, concretamente en 1895 Adolphe Pinard, el padre de la puericultura moderna, ideó un estetoscopio para poder aplicarlo al abdomen de la embarazada para poder detectar así los latidos del bebé, de forma no invasiva. El dispositivo que recibe el nombre de Pinard ha extendido su uso hasta la actualidad.

Fonendoscopio inventado por Adolphe Pinard

Con el cambio de siglo, llegó un aparato de auscultación, el Rappaport-Sprague, que fue considerado el estetoscopio acústico más refinado y que fue comercializado más tarde por Hewlett-Packard.

Pero la evolución más significativa tuvo lugar con la intervención del cardiólogo norteamericano, David Littmann, en 1960, que diseñó en un estetoscopio mucho más ligero, formado por dos campanas: una mayor con membrana de gran sensibilidad y otra sin membrana, de menor diámetro, para elegir el sistema de audición con membranas o sin ellas y delimitar el área de auscultación. También implanta un muelle interno en las gomas que realizan un ajuste de presión ligera en los pabellones auriculares.

Primer fonendoscopio Littmann 1960

 

A partir de ese diseño inicial, Littmann fue generando modelos similares, más avanzados y enfocados a distintitas especialidades como cardiología o pediatría. Eso hizo que los fonendoscopios Littmann se convirtieran en los más famosos y más utilizados en Estados Unidos, en primer lugar, y posteriormente, en todo el mundo.

Hoy en día los estetoscopios de la marca americana siguen destacando por su innovación, al incluir las nuevas tecnologías, como es el caso de la grabación de sonido o el Bluetooth, para ayudar a la auscultación. Precisamente, coincidiendo con el bicentenario del fonendoscopio Littmann ha presentado su último modelo el Cardiology IV, que verá la luz a final de mes. Este modelo ofrecerá una mejor audición y una excelente capacidad de auscultación de sonidos de alta frecuencia. Además, su distintiva campana con membranas de doble frecuencia, ofrecerá al especialista la versatilidad necesaria para poder usarlo tanto con pacientes adultos como con niños. De hecho, el lado pediátrico tendrá una campana abierta tradicional que reemplazará la membrana convencional por un aro quita frío.

Fonendoscopio Cardiology IV Littmann

 

Como el propio doctor Javier Sanz Serrulla reconoció durante las sesiones citadas anteriormente, “muy pocos instrumentos, de diseño tan sencillo, han aportado tanto al diagnóstico a lo largo de la historia de la medicina como el estetoscopio”.

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