Camillas eléctricas vs. Camillas hidráulicas

Los masajes se están convirtiendo en una de las técnicas más utilizadas para liberarse del estrés, la tensión o el agotamiento. Por otra parte, los tratamientos de belleza están surgiendo con fuerza para que la mujer pueda disfrutar de una piel sana, cuidada y saludable a pesar del paso de los años. Sin embargo, el trabajo de los terapeutas y esteticistas quedaría invalidado sin la presencia de uno de sus elementos más indispensables: la camilla. La altura estándar de este objeto se sitúa en los setenta y cinco centímetros aunque esa medida puede variar dependiendo de la talla de quien realiza la acción. Además, cuanto más ancha sea la camilla, más cómoda y sólida resultará para el paciente. En el mercado existe una gran variedad de camillas pero, ¿se sabe cuál es la diferencia entre las eléctricas e hidráulicas?

Este tipo es muy variable por lo que se adapta automáticamente a las necesidades de cada tratamiento. La ventaja que presenta es que, a través de un mando de mano o de pie, se puede subir o bajar la camilla con tan solo apretar un botón. Algunos modelos tienen incorporado el sistema periférico, un mecanismo de elevación que radica en la presencia de un dispositivo que se encuentra situado a nivel del suelo y alrededor de toda la camilla. Esto permite que se pueda accionar con un ligero desplazamiento lateral de pie desde cualquier posición.

Esta camilla posee diversos sensores y motores, razón por la que se recomienda realizar un mantenimiento de todos sus sistemas. Estos instrumentos necesitan de alimentación eléctrica para poder funcionar.